sábado, 10 de septiembre de 2011

CAPÍTULO V:

❧❃❧ V. DESENTERRANDO TEMORES ❧❃❧

(PRIMERA PARTE) 

(Bridgeport, 24 Agosto de 2010)

Llevaba un mes trabajando en el bar y no me iba mal, empezaba a acostumbrarme al olor del puerto y de las personas que iban y venían buscando un lugar donde matar el tiempo y tomar unas copas. Y sobre todo a mi jefe y su hermana.

Los primeros días fueron bastante tranquilos, apenas había clientes que atender y la mayoría del tiempo lo pasaba haciendo preguntas y aprendiendo a hacer cócteles de todo tipo. A veces incluso me animaba a hacer mis propios experimentos, aunque no llegaban a salir demasiado bien. 
Jake parecía contento conmigo y aunque solía cargarme con todo el trabajo mientras él y su hermana aprovechaban para hacer el vago, había empezado a congeniar con él. Salma en cambio era otro cantar, no le caía demasiado bien y al mínimo error aprovechaba para echarme la bronca o ponerme en ridículo.

La verdad es que no sé muy bien porque, pero solía tener ese efecto en las mujeres desde muy joven. Por eso quizás nunca tuve una amiga. Con los chicos en cambio no me llevaba mal, pero siempre los había visto como peligros en potencia y huía de ellos a la primera de cambio.

En veintisiete años sólo había llegado a querer a tres personas y éstas habían desaparecido, así que no me quedaba más remedio que intentar abrirme a los demás si no quería quedarme sola toda la vida.

Me había propuesto cambiar aquel carácter introvertido, y un bar era un buen lugar para aprender a hacerlo. Aunque tuviese que empezar por aguantar las tonterías de Salma con una gran sonrisa (aunque fuesen excusas para hacerme trabajar más).
-          ¡Te dije que ordenases las botellas por graduación de alcohol, no por orden alfabético! Pero mira que eres inútil, niña.

Me llamaba así a pesar de ser un mes mayor que ella.

-          No te preocupes, los vuelvo a ordenar en un momento – contestaba tranquilamente.

El trabajo me gustaba porque estaba siempre en movimiento y me ayudaba a evadirme bastante. En cambio cuando llegaba a casa todo era muy distinto.
Había días que estaba tan cansada que me quedaba durmiendo en cualquier sitio, y otros en los que no lograba pegar ojo y me derrumbaba entre aquellas paredes tan vacías y silenciosas. Días en los que empezaba a dar vueltas irremediablemente a todo lo sucedido hasta ahora y me sentía como una mierda.

Y es que mi consciencia, a pesar de mis esfuerzos, pocas veces me daba tregua después de lo ocurrido.

Aun así la mayor parte del tiempo me negaba a pensar en ello y siempre encontraba alguna cosa que hacer para mantener la mente ocupada.
Con el dinero que me había dejado Herald pude comprar algunos muebles y pintura para hacer yo misma la reforma de la casa. Fui tomándomelo con calma, pero al final y después de mucho trabajo el piso se convirtió en un lugar bastante acogedor para vivir.
Las mañanas solía dedicarlas a pasear por la ciudad, ver tiendas y observar a la gente. A buscar lugares con un encanto especial entre tantos edificios enormes y enrevesadas carreteras.

Así descubrí que cada día cientos de personas hacían vida en aquella ajetreada ciudad sin conocer realmente la belleza que les rodeaba, tan salvaje, tan primordial…que casi me hacía sentir como en mi propio hogar.
Mi abuela siempre me enseñó a estar en contacto con la naturaleza y respetarla. Y yo sabía cómo disfrutar de su compañía, a veces mucho mejor que la de cualquier persona.

Echaba de menos tener un pequeño terreno donde poder cultivar mi propia comida, incluso añoraba la casa de Herald y su esposa, y el enorme jardín que la señora Isabelle me hacía podar cada semana. Echaba de menos los paseos a caballo con él, y a su travieso labrador que siempre andaba mordisqueando las mudas de la señora.

Recordaba cada rincón de Riverview y en especial aquel en el que pasé junto a Thaerion la noche más especial y feliz de toda mi vida. Aquellos lugares que no podría volver a ver por culpa de aquel despreciable ser que me negaba a nombrar.

-          Basta – me dije a mí misma incorporándome del sofá y cogiendo el mando para apagar la tele, que había quedado encendida mientras divagaba.

Pero el destino no me dejaría aquel día dejar a un lado aquella carga.

Me quedaban cinco minutos para salir de casa y ya estaba lista para volver al trabajo. Eran las 17:25 de la tarde cuando cortaron la emisión del típico programa de cotilleos para poner una noticia de última hora.
 “Acaban de encontrar el cuerpo sin vida del conocido empresario Johan Hamming. Desaparecido desde hacía más de dos meses en la pequeña localidad de Riverview. La víctima apareció flotando en el lago Golden Willow y aunque aún no se descarta…”
El mando se me escurrió de los dedos y mis rodillas flaquearon haciéndome perder el equilibrio, me dejé caer en el sofá y rompí a llorar como nunca antes había hecho. Deseando con todas mis fuerzas no haber escuchado nunca antes ese nombre.

Ni haberme cruzado en su camino aquel día.


3 comentarios:

  1. Me fascina tu novela ! En serio, me encanta la forma en la que presentas todo, lo bien que lo armas, como te las arreglas con los sims, la presentación de los personajes, etc. Pero por sobre todo, escribis muy bien ! Se nota lo mucho que te gusta escribir y se te da de maravilla! Ya me re enganche con tu historia! Me encantó este blog, ya estas en mis favoritos. A seguir leyendo.. Me vas a tener aca como una seguidora muy fiel ^^

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    1. ¡Que bien! ¡Una nueva lectora! ¡Bienvenida Denisse, es un placer tenerte por aquí! Pasa y ponte cómoda, espero que disfrutes de la lectura y no dudes en comentar lo que sea! Gracias por tus amables palabras ^^

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  2. Amoooooooooo tu historia!!!, recién la empecé a leer pero es genial! Podría ser un genial libro :3 A seguir la historia....

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